De pronto, una triste amargura inunda mi pecho y siento enormes deseos de llorar... las lágrimas comienzan a rodar por mis mejillas y desearía no entender lo que causa esta amargura, mas lo entiendo a la perfección... la causa un amor oculto que aún no ha muerto y que en ocasiones vuelve para recordarme que estoy loca por ti... un amor eterno, tal como te lo prometí en algún momento de nuestras vidas, que me atormenta día a día, un amor que intenta a cualquier precio obligarme a decir dos palabras a las cuales temo... dos palabras que no volverán a salir de mis labios, sino hasta beber hasta la última gota de aquel dulce licor que emana de los tuyos... Aquel licor que me embriagó desde el primer beso que te dí, ese licor al cual me he vuelto adicta... aquel licor que otorga su exquisito sabor a aquellos dulces labios tuyos que jamás dejaré de desear...


... Y sin embargo, en un tenue susurro, en el silencio de esta oscura y fría noche, logran escapar de mis labios aquellas dos débiles palabras:


... Te amo...




Akane Tsukidey