miércoles, 26 de agosto de 2020

...

Luego de aquella noche de reflexión, aquella noche en la que al fin sus sentimientos tuvieron reconocimiento en su corazón, se preguntaba si había hecho lo correcto al escribir eso para él.

-Qué importa, probablemente ni siquiera lo ha visto.

Podría borrarlo, puesto que existía la posibilidad de que él jamás hubiera leído ese texto. Sería fácil, borrarlo, fingir que jamás sucedió, y seguir su vida, como si nada. 

Pero si hay algo que ella jamás ha perdido en su vida, es la esperanza. Aún cuando todo a su alrededor está cayendo a pedazos, ella sigue ahí.

Y esta vez, la esperanza se mantenía firme, en que él lo leería. Podría ignorarlo, pero lo leería.

Le contó a su amiga, le envió una foto que encontró por ahí, en algún archivo, de alguna red social. 

Sabía todo sobre ella, todo. Esto sin duda era algo que debía saber. Nadie más lo sabía, salvo quienes vieran sus publicaciones, y sacaran sus propias conclusiones. 

Entre bromas le contó cómo su corazón casi explota de emoción al verlo. Era una foto antigua, pero él estaba ahí. Sus ojos estaban ahí.

Por supuesto, también mencionó lo escrito la noche anterior.

"Ahora pienso ¿Qué hice? Pero filo, tengo que poner fin a esto. O regresa, o se va para siempre".

Quiso olvidar por un momento lo que sentía. Se sentó en la cama y presionó un botón en el control remoto. "Netflix"

Hacía 2 años que tenía pendiente terminar esa serie. Había leído el libro correspondiente a la primera temporada, pero no había más libros. Sólo un programa de televisión.

Pocas veces se siente tan atrapada por una serie. Representaba tanto lo que ella había vivido, que no podía dejar de verla. Pero esta vez, aún cuando sus ojos derramaban lágrimas por la cantidad de emociones que sentía producto de las escenas que acababa de ver, recibió un inesperado mensaje sobre lo ocurrido la noche anterior, y decidió llorar "con sonido", como no es habitual en ella, como corresponde.

Tomó esta nueva forma de papel y lápiz, y comenzó a escribir.

"Es tan difícil estar tan cerca de saber de ti, y no atreverme a hacerlo. Hablar con quienes saben de ti, y no atreverme a preguntar... 

¿Cómo está?

¿Tiene pareja? ¿Hijos?

¿Terminó tus estudios?

...

¿Es feliz?

...

¿Eres feliz?"

Buscaba entre ese cuestionario imaginario la respuesta a la pregunta que con más frecuencia resonaba en su cabeza.

"¿Eres feliz sin mí?"

Esperaba que sí. No era lo que quería, ¡Claro que no! Pero sabía que era lo correcto, lo deseaba para él. Porque antepuso siempre, la felicidad de él, antes que la propia. 

Respiró profundo, luego de ese ruidoso llanto, ese llanto sin tapujos, sin vergüenza, sin culpa. Ese llanto que no sólo libera a quien lo experimenta, sino también a quienes se vinculan al motivo de ese llanto. 

Entonces lo entendió, y repitió en voz alta las palabras que hace unos minutos tuvieron tanto sentido:

"Puedo amarte, y aún así, dejarte ir. Espero que, dondequiera que vayas, seas feliz, y sepas que te amo."

Te amo.

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